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Estamos a punto de responder una de las preguntas más profundas que todo creyente o no creyente pueda hacerse, para nosotros resulta un gran reto responderla de una manera breve cuando en nuestra biblioteca existen varios libros de gran tamaño sobre ese tema y existen muchos más a los que aún no hemos tenido acceso.

            El poder concebir en nuestras mentes lo que el alma es, es una pieza de suma importancia en el gran rompecabezas de la cosmovisión que un hombre pueda tener de la  creación, ya que la concepción que tengamos del alma, está íntimamente ligada a su razón de ser en este mundo, y la manera en que ésta puede cumplir con su propósito.

            Nuestra percepción del alma debe estar íntimamente ligada a nuestras ideas de lo que es la vida y la muerte, de quién es Elohim y lo que somos con respecto a El, de la verdad y lo falso.  Decimos que debe ser así y no que lo es, porque en muchos casos no lo es, y equivocadamente la mayoría de personas tienen en sus mentes respuestas a cada uno de estos cuestionamientos y conceptos, pero todas ellas parecen ajenas una de las otras, parece que fueran piezas de un rompecabezas distinto cada una de ellas.

            Así que ante un tema tan profundo e importante,  nuestra súplica al Cielo es que nos conceda que en dos o tres páginas podamos transmitir tan solo una idea básica de lo que el alma es en su esencia, siendo esto solo una puerta de acceso al entendimiento y conocimiento del elemento más sublime de esta creación, el alma del hombre.

            Primero veamos a la luz de las Escrituras a lo que nos estamos refiriendo cuando hablamos del alma:

Gen 2:7  Entonces YHWH Elohim formó al hombre del polvo de la tierra,  y sopló en su nariz aliento de vida,  y fue el hombre un ser viviente.

            La narrativa de la manera como Elohim creó al hombre, en el libro de Génesis, nos muestra dos elementos que conforman la estructura del ser humano: uno material; “formó al hombre del polvo de la tierra” ,  y otro espiritual; “y sopló en su nariz aliento de vida”.  Así que cuando nos referimos al alma, nos referimos a ese elemento espiritual que fue puesto dentro del cuerpo, y que lo vivifica, de tal manera que al poner el alma dentro del cuerpo, las Escrituras llaman al hombre “ser viviente”.

            Como seres humanos, todas las palabras que escuchamos o leemos, generan en nuestra mente imágenes, como en la presente narrativa del libro de Bereshit (Génesis), las palabras de la Biblia generan en nuestra mente imágenes, la imagen de un ser supremo con forma humana, con boca y manos, posiblemente sosteniendo la cara del hombre creado con la mano y acercándose a él le sopla en sus narices.

            Sin caer en un antropomorfismo, tenemos que entender que la Biblia es de origen espiritual, que fue expresada y realizada para el entendimiento de seres humanos, así que tenía que ser expresada en un lenguaje comprensible para nosotros, por eso es que las imágenes que ella pueda generar en nuestra mente, son importantes para el mensaje que ella nos quiere dar.

            Cuando una persona sopla, saca aire o aliento de su interior, por lo tanto lo que nos dice el texto es que el alma es el aliento o soplo de Elohim que salió de Su interior, y nadie puede dar o sacar de sí lo que no tiene, nada que no sea suyo, por lo tanto con ese soplo entendemos que el alma, que salió de Elohim, es en esencia similar o igual a quien  lo originó, o sea una misma naturaleza o similar.

            Es en el alma, donde radica la imagen y semejanza de Elohim en el hombre, y es la naturaleza del alma lo que hace al hombre superior al resto de las criaturas, es esa imagen y semejanza Divina que pone al hombre bajo su dominio al resto de la Creación.  Por eso dice el texto:

Gen 1:26  Entonces dijo Elohim:  Hagamos al hombre a nuestra imagen,  conforme a nuestra semejanza;  y señoree en los peces del mar,  en las aves de los cielos,  en las bestias,  en toda la tierra,  y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

             Es entonces el hombre, a diferencia del resto de las criaturas, la manifestación más grande y sublime de Elohim en el mundo material,  es el representante de Elohim sobre este mundo, a quién Elohim dejó a cargo de su administración, y esto es debido a la naturaleza del alma.

Veamos otro texto de la Biblia que nos puede ampliar esta idea:

Pro 20:27  Lámpara (Nir en hebreo) de YHWH es el espíritu del hombre…

Veamos lo que nos dice el diccionario sobre esta palabra NIR que se ha traducido como lámpara.

H5216

נִיר nir

o נִר nir; también נֵיר neir; o נֵר ner; o (femenino) נֵרָה nerá; de raíz primaria [Véase H5214; H5135] propiamente sign. destellar; lámpara (i.e. quemador) o luz (lit. o figurativamente):-lámpara, lamparilla, linterna.

Su raíz es Nur, que según el diccionario dice:

H5135

נוּר nur

(caldeo); de una raíz que no se usa(correspondiente a la de H5216) sign. brillar; fuego:-fuego ardiente, quemar.

            Esta palabra que aquí tradujeron en la versión Reina Valera como lámpara, literalmente se traduce como Luz o Destello de Luz, así es como en otros versos de la misma Biblia ha sido traducida.

            Así que una traducción literal de verso de Proverbios 20:27 diría de la siguiente manera:

Pro 20:27  Luz (Nir en hebreo) de YHWH es el espíritu del hombre…

            Es entonces el alma del hombre, la Luz o lámpara del Creador, siendo el hombre el instrumento por medio del cual Elohim hace presencia en este mundo, ilumina a este mundo, el alma es la manifestación más sublime de Elohim en este mundo.

            Por lo tanto llegamos al entendimiento que el alma del hombre es la expresión y manifestación de Elohim, dándole al hombre superioridad sobre el resto de las criaturas.  La mayor expresión de un ser es su palabra, por lo tanto es el alma humana la Palabra de Elohim puesta sobre este mundo para preservar a la Creación y cuidarla.  De esa manera lo entendió Juan, y de esa manera se refirió a nuestro Señor, la segunda alma creada por Elohim, cuando dijo:

Juan 1:14  Y aquel Verbo fue hecho carne,  y habitó entre nosotros  (y vimos su gloria,  gloria como del unigénito del Padre),  lleno de gracia y de verdad.

            Es por eso que pecar es contra la propia naturaleza Divina del alma, por que el alma es palabra de Elohim, como lo dice el texto siguiente:

Pro 8:36  Mas el que peca contra mí,  defrauda su alma…

            Ahora bien, hay que tener cuidado de ver el alma solo como una manifestación inerte de Elohim, como lo sería la luz de una lámpara con respecto a ella, Elohim no lo permita.  El alma del hombre como expresión Divina, toma otra dimensión cuando reconocemos la voluntad del alma, el libre albedrío que hay en el actuar del hombre.

            Entonces debido a esa voluntad que hay en el alma del hombre, ya no es solo una manifestación de Elohim, sino en el resultado de un acto reproductivo Divino, a este respecto es que en Salmos dice así:

Salmo 82:6  Yo dije:  Vosotros sois dioses,  Y todos vosotros hijos del Altísimo;

            Claro que todo cuanto hemos dicho del alma, es con respecto al alma que Elohim ha creado, nos referimos al primer Adán antes de pecar y/o al segundo Adán, S.M. Yeshua, quién se mantuvo sin pecado, todo esto porque al pecar la genética Divina del alma se deterioró, y ya en el alma que ha pecado todo lo dicho aquí no se cumple, y es por eso mismo la necesidad de una redención que no es propia del hombre sino del Cielo.

            A diferencia del primer Adán, SM Yeshua (el segundo Adán) al no pecar, mantuvo su integridad como palabra de Elohim, se perfeccionó y permaneció como esa palabra de Elohim expresada en este mundo, su categoría de hijo de Elohim permaneció con su justicia y santidad.  Siendo de esa manera él, el medio por el cual la Divinidad era manifiesta a todos los hijos del primer Adán, quienes viven bajo la corrupción de su pecado, SM Yeshua es el punto de contacto de los hombres para con Elohim, el camino de regreso a una naturaleza Divina.

Juan 14:6  Yeshua le dijo:  Yo soy el camino,  y la verdad,  y la vida;  nadie viene al Padre,  sino por mí.

Juan 14:7  Si me conocieseis,  también a mi Padre conoceríais;  y desde ahora le conocéis,  y le habéis visto.

            Es por eso que SM Yeshua, es el medio por el cual Elohim puede restaurar a los hombres, porque él es la semilla prometida para restaurar en el hombre esa naturaleza Divina que tenía antes de que Adán pecara, y que podamos llegar a ser como él, ¡que lleguemos a ser él!

Juan 1:11  A lo suyo vino,  y los suyos no le recibieron.

Juan 1:12  Mas a todos los que le recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Elohim;

Juan 1:13  los cuales no son engendrados de sangre,  ni de voluntad de carne,  ni de voluntad de varón,  sino de Elohim.

            Por favor notar que dijimos que no es solo llegar a ser “como” él, sino ser él mismo, nos referimos a que Juan está diciendo que todos aquellos que se acerquen a Elohim por medio de SM Yeshua, Elohim les da el poder de ser hechos hijos de Elohim, cuando sabemos que SM Yeshua es el hijo unigénito, entonces parecería una contrariedad, pero no lo es, porque la restauración se trata de llegar ser él, llegar a ser hijo de Elohim, que Elohim nos mire como sus hijos, que mire el rostro de su hijo en nosotros.

Juan 3:16  Porque de tal manera amó Elohim al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.

            En ese sentido es que SM Yeshua dijo que él era la Luz de este mundo:

Juan 8:12  Otra vez SM Yeshua les habló,  diciendo:  Yo soy la luz del mundo;  el que me sigue,  no andará en tinieblas,  sino que tendrá la luz de la vida.

            Y también dijo que sus discípulos eran la Luz del mundo:

Mateo 5:14  Vosotros sois la luz del mundo;  una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

            Así que los verdaderos hijos de Elohim que hemos llegado a serlo por medio de SM Yeshua, debemos manifestar esa naturaleza Divina, como SM Yeshua lo hizo, debemos ser la Luz de este mundo, como él lo es, eso es lo que significa estar “en él”.  Es por medio de nuestra manera de actuar que se manifiesta quién realmente somos, de la misma manera que SM Yeshua desconoció a los fariseos como hijos de Abraham, porque no obraban como Abraham, de esa misma manera serán desconocidos todos aquellos que no obren como su Padre Celestial, que no obren como Elohim.

            La espiritualidad no se trata de asistir a servicios religiosos, no se trata de hacer ninguna labor en el templo u organización de una congregación religiosa, se trata de manifestar una nueva naturaleza, una naturaleza Divina.  De la misma manera que la gracia, la misericordia, el perdón, la justicia y el amor de Elohim llegaron a nuestras vidas gracias a la vida de SM Yeshua, de esa misma manera nosotros debemos ser el medio por el cual otras personas tengan acceso a Elohim, por medio de nuestro testimonio, de nuestra vida.

            Estos aspectos, (1) de la esencia del alma como palabra de Elohim, que es la manifestación más sublime y pura de El, y (2) que SM Yeshua es esa Palabra pura e inmutable de Elohim expresada en este mundo, son difíciles de comprender para el hombre de hoy en día, algunos no hacen la diferencia entre la palabra y su emisor, y para otros este tipo de percepción es idolatría, así también para los hombres que conocieron al Mesías en persona, les fue difícil de aceptarlo, esto quedo plasmado en el evangelio de Juan.

Juan 10:33  Le respondieron los judíos,  diciendo:  Por buena obra no te apedreamos,  sino por la blasfemia;  porque tú,  siendo hombre,  te haces Elohim.

Juan 10:34  SM Yeshua les respondió:  ¿No está escrito en vuestra ley:  Yo dije,  Elohimes sois?

Juan 10:35  Si llamó Elohimes a aquellos a quienes vino la palabra de Elohim  (y la Escritura no puede ser quebrantada),

Juan 10:36  ¿al que el Padre santificó y envió al mundo,  vosotros decís:  Tú blasfemas,  porque dije:  Hijo de Elohim soy?

Juan 10:37  Si no hago las obras de mi Padre,  no me creáis.

Juan 10:38  Mas si las hago,  aunque no me creáis a mí,  creed a las obras,  para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí,  y yo en el Padre.

Rav Shaul sí marcó bien esta direfencia y colocó a cada uno en su respectivo lugar:

1Co 8:6  para nosotros,  sin embargo,  sólo hay un Dios,  el Padre,  del cual proceden todas las cosas,  y nosotros somos para él;  y un Señor,  Yeshua el Mesías,  por medio del cual son todas las cosas,  y nosotros por medio de él.

R. Yehuda ben Israel


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