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Leer la haftara y los comentarios del Rabino

28 Y vivió Yacov en la tierra de Egipto diecisiete años; y los días de Yacov, los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años. 29 Se acercó el momento de morir de Israel, y llamó a su hijo, a Iosef, y le dijo: «Por favor, si he hallado gracia en tus ojos, por favor coloca tu mano bajo mi muslo, y haz conmigo benevolencia y verdad: por favor no me entierres en Egipto. 30 Pues he de yacer junto con mis padres y has de transportarme fuera de Egipto y enterrarme en su tumba». Dijo: «Yo personalmente haré tal como has dicho». 31 Él respondió: «Júrame», y le juró; entonces Israel se postró hacia la cabecera de la cama.  

Capítulo 48  

1 Y sucedió tras estas cosas que le dijo a Iosef: «He aquí que tu padre está enfermo». Tomó a sus dos hijos, Menashe y Efraím, con él. 2 A Yacov le dijeron: «He aquí que tu hijo Iosef ha venido a verte». Israel se esforzó y se sentó en la cama. 3 Yacov le dijo a Iosef: «El Shadai apareció ante mí en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo. 4 Él me dijo: He aquí que te haré crecer y multiplicar; haré de ti una congregación de pueblos y daré esta tierra a tu descendencia futura como posesión eterna. 5 Y ahora tus dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo llegara a ti en Egipto, serán míos; Efraím y Menashe serán míos como Reuben y Shimon.  

6 Mas la descendencia que te nazca después de ellos será tuya; y serán incluidos debajo del nombre de sus hermanos con respecto a la herencia. 7 En cuanto a mí, cuando vine de Padán, Rajel murió sobre mí en la tierra de Canaán, en el camino, cuando todavía faltaba un trecho hasta Efrat; y yo la enterré allí, en el camino hacia Efrat, que es Betlejem». 8 Israel vio a los hijos de Iosef y dijo: «¿Quiénes son éstos?». 9 Y Iosef le dijo a su padre: «Son mis hijos que Elohim me dio aquí». Dijo: «Por favor, tráemelos y los bendeciré». 10 Los ojos de Israel estaban ahora pesados por la vejez, y no podía ver; y se los trajo cerca, y él los besó y los abrazó.  

11 Israel le dijo a Iosef: «No me atreví a pensar que volvería a ver tu rostro… ¡y he aquí que Elohim me ha mostrado inclusive a tus descendientes!». 12 Entonces Iosef los quitó de sus rodillas y se postró con el rostro a tierra. 13 Iosef tomó a los dos, a Efraím con su mano derecha, a la izquierda de Israel, y a Menashe con la izquierda, a la derecha de Israel, y los acercó a él. 14 Mas Israel extendió su mano derecha y la colocó sobre la cabeza de Efraím, y él era el menor, y su mano izquierda sobre Menashe. Él cruzó intencionadamente las manos, pues Menashe era el primogénito. 15 Bendijo a Iosef y dijo: «El Elohim, ante Quien anduvieron mis padres Abraham e Itzjak, El Elohim que me ha guiado desde mis inicios hasta el día de hoy;  

16 que el ángel que me redime de todos los males bendiga a estos jóvenes y que mi nombre sea declarado sobre ellos, y el nombre de mis antepasados, Abraham e Itzjak, y que proliferen abundantemente como peces dentro de la tierra». 17 Iosef vio que su padre colocaba la mano derecha sobre la cabeza de Efraím y se disgustó; entonces sostuvo la mano de su padre para quitarla de la cabeza de Efraím y colocarla en la cabeza de Menashe. 18 Y Iosef le dijo a su padre: «No así, padre, pues éste es el primogénito; coloca tu mano derecha sobre su cabeza». 19 Mas su padre se negó, diciendo: «Yo sé, hijo mío, yo sé; él también se transformará en un pueblo, y él también será grande; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia colmará las naciones». 20 Los bendijo aquel día, diciendo: «En vosotros se bendecirá Israel, diciendo: Que Elohim te coloque como Efraím y Menashe», y colocó a Efraím antes que a Menashe.  

21 Israel le dijo a Iosef: «He aquí que estoy a punto de morir; Elohim estará junto a vosotros y os retornará a la tierra de vuestros antepasados. 22 En cuanto a mí, os he dado Shejem, una porción más que a vuestros hermanos, que de las manos del emorita tomé con mi espada y con mi arco».  

Capítulo 49 

 1 Yacov llamó a sus hijos y dijo: «Reuníos y os anunciaré lo que habrá de aconteceros al Final de los Días. 2 Juntaos y escuchad, oh hijos de Yacov , y escuchad a Israel vuestro padre. 3 Reuben, tú eres mi primogénito, mi fuerza y mi vigor inicial, primero en rango y primero en poder. 4 Impetuoso como el agua, no puedes ser el primero, pues subiste al lecho de tu padre; y Lo profanaste al Que elevó mi lecho. 5 Shimon y Leví son camaradas, sus armas son un arte robado.  

6 En su conspiración, ¡que mi alma no entre! Con su congregación, no te unas, ¡oh, honor mío! Pues en su ira mataron a personas y por su voluntad incapacitaron a un toro. 7 Maldita es su ira, pues es intensa, y su furia, pues es cruel; los separaré dentro de Yacov y los dispersaré en Israel. 8 Iehuda, a ti te alabarán tus hermanos; tu mano estará sobre la nuca de tus enemigos; los hijos de tu padre se postrarán ante ti. 9 Cachorro de león es Iehuda; de la presa, hijo mío, te elevaste. Se agazapa, se recuesta como un león y como un león temible, ¿quién se atreve a despertarlo? 10 El cetro no se alejará de Iehuda, ni el legislador de entre sus descendientes, hasta que llegue Shiló, y la suya será una asamblea de pueblos.  

11 Él atará su asno a la vid y a la rama de la vid su burrito; lavará sus ropas con vino y su manto con la sangre de las uvas. 12 Con los ojos rojos por el vino y los dientes blancos por la leche. 13 Zebulún se asentará en las costas. Estará en el puerto del navío y su último límite llegará hasta Sidón. 14 Isajar es un asno de huesos fuertes; descansa entre las fronteras. 15 Vio que la tranquilidad era buena y que la tierra era agradable, y aun así inclinó el hombro para soportar y se transformó en esclavo.  

16 Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel. 17 Dan será una serpiente en el camino, una víbora en el sendero que muerde el talón del caballo y su jinete cae hacia atrás. 18 Por Tu salvación anhelo, ¡oh YHWH! 19 Gad reclutará un regimiento y éste se retirará sobre su talón. 20 De Asher , su pan tendrá riqueza y proveerá manjares de reyes.  

21 Naftali es una cierva suelta que ofrece bellas palabras. 22 Un hijo fructífero es Iosef, un hijo encantador a los ojos; cada una de las jóvenes subió a las alturas para ver. 23 Lo amargaron y se hicieron sus enemigos; los hombres con lengua como flecha lo odiaron. 24 Mas su arco se estableció firme y sus brazos se lustraron, de las manos del Supremo Poder de Yacov, de allí, él fue pastor de la piedra de Israel. 25 Fue del Elohim de tu padre y Él te ayudará, y con Shadai, y Él te bendecirá bendiciones del cielo, desde arriba, bendiciones de la profundidad, desde abajo, bendiciones del seno y de la matriz.  

26 Las bendiciones de tu padre sobrepasaron las bendiciones de mis padres hasta los límites infinitos de las colinas del mundo. Que estén sobre la cabeza de Iosef y sobre la cabeza del elegido de sus hermanos. 27 Biniamín es lobo depredador; a la mañana devorará la presa y a la noche repartirá los despojos». 28 Todas éstas son las tribus de Israel, doce, y esto es lo que su padre les dijo y las bendijo; bendijo a cada una de acuerdo con su bendición apropiada. 29 Luego los instruyó y les dijo: «He de reunirme con mi pueblo; enterradme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efron el jeteo. 30 En la cueva que está en el campo de Majpelá, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, que Abraham compró junto con el campo a Efrón, el jeteo, como propiedad de sepultura.  

31 Allí enterraron a Abraham y su mujer Sarah; allí enterraron a Itzjak y su mujer Rivka; y allí enterré a Lea. 32 La compra del campo y de la cueva que está en él fue hecha a los hijos de Jet». 33 Yacov terminó de instruir a sus hijos, colocó los pies en la cama; expiró y fue reunido con su pueblo.  

Capítulo 50  

1 Iosef cayó sobre el rostro de su padre; lloró sobre él y lo besó. 2 Iosef ordenó a sus sirvientes, a los médicos, que embalsamaran a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Se completó su término de cuarenta días, pues tal es el término de los embalsamados, y Egipto lo lloró durante setenta días. 4 Cuando el período de llanto llegó a su fin, Iosef habló a la familia de Paró, diciendo: «Os ruego, si he hallado gracia en vuestros ojos, que habléis ahora a los oídos de Paró, diciendo: 5 Mi padre me ha conjurado, diciendo: He aquí que estoy a punto de morir; en mi tumba, que he preparado en la tierra de Canaán, allí deberéis sepultarme. Ahora subiré y enterraré a mi padre, y retornaré».  

6 Y Paró dijo: «Sube y entierra a tu padre tal como te hizo jurar». 7 Iosef subió a enterrar a su padre, y con él subieron todos los sirvientes de Paró, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8 y toda la casa de Iosef, sus hermanos, y la casa de su padre; únicamente sus niños pequeños, sus ovejas y su ganado vacuno dejaron en la tierra de Goshen. 9 Y él trajo consigo tanto carrozas como jinetes; y el campamento era muy importante. 10 Llegaron a Goren Ha Atad, que está del otro lado del Jordán, y allí realizaron una lamentación muy grande e imponente; y él mandó guardar un período de luto de siete días por su padre.  

11 Cuando los habitantes cananeos de la tierra vieron la lamentación de Goren Ha Atad, dijeron: «Es un duelo importante para Egipto». Por eso, se lo llamó Avel Mitzraim, que se encuentra del otro lado del Jordán. 12 Sus hijos hicieron con él tal como él les había ordenado. 13 Sus hijos lo transportaron a la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva del campo de Majpelá, el campo que Abraham había adquirido de Efrón el jeteo como sitio de sepultura, enfrente de Mamre. 14 Después de que enterró a su padre, Iosef retornó a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que habían subido junto con él a enterrar a su padre. 15 Los hermanos de Iosef vieron que su padre había muerto, y dijeron: «Tal vez Iosef nos guarde rencor, y entonces ciertamente nos devolverá todo el mal que le hicimos».  

16 Mandaron a decir a Iosef: «Tu padre dio órdenes antes de su muerte, diciendo: 17 Así le diréis a Iosef: te ruego perdones la falta de tus hermanos y su pecado, pues te han causado mal. Y ahora, te rogamos perdones la falta de los sirvientes del Elohim de tu padre». Y Iosef lloró cuando le hablaron. 18 Sus propios hermanos también fueron y se postraron ante él y dijeron: «Estamos dispuestos a ser tus sirvientes». 19 Mas Iosef les dijo: «No temáis, pues ¿acaso estoy en lugar de Elohim? 20 Si bien vosotros quisisteis hacerme daño, Elohim lo pensó para bien: para que es claro como este día todo un vasto pueblo pueda sobrevivir.  

21 Y ahora, no temáis, yo os sustentaré a vosotros, y a vuestros hijos». Así los consoló y habló a su corazón. 22 Iosef se estableció en Egipto, él y la casa de su padre, y Iosef vivió ciento diez años. 23 Iosef vio tres generaciones a través de Efraím; inclusive los hijos de Majir, hijo de Menashe, fueron criados en las rodillas de Iosef. 24 Iosef les dijo a sus hermanos: «Estoy a punto de morir, mas Elohim ciertamente os recordará y os elevará de esta tierra a la tierra que El juró a Abraham, Itzjak y Yacov ». 25 Iosef hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: «Elohim ciertamente os recordará y deberéis subir mis huesos de aquí». 26 Iosef murió a la edad de ciento diez años; lo embalsamaron y lo colocaron en un cajón en Egipto. 

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