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Leer parashá y haftará

Y vivió Yacov en la tierra de Egipto diecisiete años; y los días de Yacov, los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años.

Bereshit 47:28

La guematría nos ayuda a entender la causalidad del por qué el patriarca Yacov vivió 17 años en la tierra de Mitzrayim, como también 17 años tenía Yosef cuando fue vendido y llevado a Mitzrayim. El valor numérico de la palabra Tov (Bueno) es 17, quiere decir que el descenso de Yosef a Mitzrayim aunque significó mucho sufrimiento y alejamiento de su familia fue bueno. En este sentido también la muerte de nuestro padre Yisrael en Mitzrayim marca el inicio de una nueva etapa, la etapa de la esclavitud que inicia narrarse en Shemot. 

Elohim llamó a la tierra seca «Tierra», y a la reunión de aguas la llamó «Mares». Y Elohim vio que era bueno.

Bereshit 1:10

Es interesante como en el primer capítulo de Bereshit al narrar la creación cada acto creativo finaliza con “Elohim vio que era bueno (Tov)” vemos que se utiliza la misma palabra. Por lo que cuando vemos la palabra Tov o el número 17 en la Torá significa el final de un ciclo y el inicio de otro que siempre es para bien. 

Por lo que el descenso de Yosef a Mitzrayim, la muerte del patriarca Yisrael y la posterior esclavitud del pueblo de Yisrael fue para bien y para un crecimiento espiritual. Y al analizar la guematría de la edad de Yacov al morir, 147 años, logramos entender su objetivo. 

  • 1: Es el alef, El Eterno la base y sustento de todo.
  • 4: Es la máxima expresión de la dualidad en éste mundo, es decir la máxima expresión de la materialidad con posibilidad de retorno al 1, al Eterno y con capacidad de alcanzar la perfección. Por eso vemos 40 días y 40 noches, 400 años de esclavitud, 40 años en el desierto, es el máximo descenso espiritual con retorno a El Eterno. 
  • 7: Hace referencia a la perfección en el mundo material.  

La muerte del patriarca Yisrael marcaba el fin de una etapa y el inicio de otra la cual sería dura y llena sufrimiento pero sería necesaria para alcanzar la perfección. Como El Eterno le prometió al patriarca Abraham en Bereshit 15, que El limpiaría y purificaría a su descendencia para que fuera una vasija apta para recibir la promesa que Él estaba dando, todo esto a través del sufrimiento. 

Y Él le dijo a Abram: «Sabrás con certeza que tus descendientes serán extraños en una tierra que no es la suya y los esclavizarán y los afligirán cuatrocientos años.

Bereshit 15:13

Por lo que vemos que la mejor escuela para aprender y poder crecer espiritualmente se encuentra en el sufrimiento. En el exilio es donde a Yisrael se le dio la capacidad de purificarse y crecer espiritualmente, por eso nosotros como Efraím tenemos que entender que nuestra función está aquí, en el exilio. Y todo lo que hemos sufrido como Efraimitas y lo que llegaremos a sufrir es parte del crecimiento espiritual que tenemos que alcanzar.

Por lo que reflexionemos acerca de las situaciones que vivimos y el no huir del sufrimiento o evitar las situaciones difíciles ya que ahí se encuentra el aprendizaje, ahí está la posibilidad de poder crecer espiritualmente. Recuerde que cuando El Eterno nos hace afrontar una situación que no habíamos vivido antes, El nos está dando la oportunidad de dar una luz que no habíamos podido dar.

Shabat Shalom

R. Yehuda ben Yisrael