Leer la Parasha y Haftará Nasó
Núm 7:10 Los príncipes presentaron también sus ofrendas durante la dedicación del Altar, el día en que éste fue ungido, acercando ellos mismos sus víctimas ante el Altar,
Núm 7:11 pues YHWH había dicho a Moshe: Presenten ellos mismos sus víctimas, un príncipe cada día, para la dedicación del Altar.
Cada día, cada uno de los príncipes de cada tribu presentaron sus ofrendas para la inauguración del tabernáculo en el desierto, cada día ellos presentaron la misma ofrenda en día diferente, la Torá narra con detalle la ofrenda que cada uno presentó y todos presentaron la misma cantidad de animales el día que fue su turno presentarla. La Torá no escatimó espacio ni letras, narra cada día la ofrenda que cada nasí (príncipe) de cada tribu presentó en su día, aunque es la misma es la misma cantidad y clase de animales, la Torá repite la descripción de la ofrenda 12 veces, en lugar de hacer un resumen y describir una sola vez la ofrenda y decir que cada día cada príncipe presentó la misma ofrenda, se hubiera ahorrado mucho espacio en la Torá, muchas letras y mucho tiempo al reproducir una copia. ¿Por qué la Torá no resumió las ofrendas sino que narra cada una de ellas a pesar de ser la misma ofrenda de cada nasí?
NO ES LA MISMA OFRENDA
Aunque físicamente la ofrenda fue la misma, nos referimos a la cantidad y clase de animales presentados por cada nasí en su día de turno, cada ofrenda fue distinta.
La Torá es de origen espiritual, esto quiere decir que ella no muestra el punto de vista de un hombre sobre lo ocurrido o lo que está ocurriendo, sino es el punto de vista Divino sobre el evento descrito en ella. Si fuera el punto de vista de un hombre, lo más seguro es que este hombre hubiera hecho un resumen de las ofrendas, pues para el hombre no es lógico repetir tantas veces la misma descripción de una ofrenda, porque aunque fue distinta la persona que la presenta la ofrenda sigue siendo la misma, así que humanamente es más fácil y tiene más sentido el resumir.
Pero para el Eterno no, porque el ofrendar es una labor espiritual y siendo la Torá de origen espiritual, con tanta repetición nos está diciendo que la ofrenda de cada nasí no fue la misma, físicamente sí fue la misma, pero la materia o sea la ofrenda en sí, solo es un medio para dar o mostrar lo que en cada corazón hay, así que la ofrenda aunque físicamente fue la misma, el corazón que la ofrendó fue distinto, haciendo de cada ofrenda una ofrenda distinta, desde el punto de vista espiritual, que es el punto de vista de la Torá.
Y no solo el corazón, sino que los días en que se presentaron las ofrendas fueron distintos, el tiempo es otro elemento espiritual que hace una diferencia en la ofrenda. Así que tenemos dos elementos en las ofrendas de los príncipes de cada tribu que hicieron que la ofrenda fuera distinta.
- El corazón de cada príncipe que presentó la ofrenda en nombre de su tribu.
- Y el tiempo en que esta fue presentada.
EL CORAZÓN
El corazón representa el centro del alma, de donde emana todo lo que el hombre piensa, habla y hace. Pues los pensamientos son la manera en que el hombre intelectualiza lo que de su corazón emana, su deseo. Las palabras son la manera en que el hombre expresa sus pensamientos, los cuales como dijimos anteriormente son el resultado del discernimiento intelectual de un deseo que emana del corazón del hombre. Los actos son la labor que hombre emprende en pos de satisfacer ese deseo que emana de su corazón, su discernimiento intelectual del deseo de su corazón le dirigió sobre la manera de satisfacerlo, y por eso el hombre entiende o sabe qué acto es el que necesita hacer para satisfacer el deseo que emana de su corazón.
En resumen, el acto físico solo es el resultado de un proceso de discernimiento espiritual dentro del alma del hombre, siendo entonces el acto físico la manifestación de lo que está emanando desde el corazón del hombre, el acto es el medio en que lo espiritual que emana del corazón del hombre se manifiesta en el mundo material.
Entonces cada ofrenda que cada nasí presentó fue distinta, porque no hay dos corazones iguales, de la misma manera que la ciencia biológica nos demuestra por medio del ADN que no hay dos personas idénticas en el mundo, esa manifestación física es solo la evidencia de una realidad espiritual, no hay dos almas idénticas, por lo tanto espiritualmente hablando, los pensamientos, palabras y acciones de las personas tienen un valor distinto, pues el corazón de donde emanan cada una de ellas es único.
EL VALOR DE LA OFRENDA
La verdadera espiritualidad es aquella que hace que el hombre sufra una transformación desde lo más profundo del corazón, y esa transformación será evidente en el mundo material porque lo que emana desde el corazón del hombre ahora es distinto, sus pensamientos y acciones no podrán seguir siendo iguales, porque ellas manifiestan la Realidad Divina, ahora presente en el corazón del hombre.
KORBAN
Korbán es la palabra en hebrea que se traduce como ofrenda, cuya raíz nos indica sobre “aproximar o acercar”, y es así porque con la ofrenda el hombre intenta acercarse a su Creador, de hecho el acto de ofrendar ya es en sí un acercamiento al Eterno, pues para dar algo es necesario acercarse.
Este acercamiento es arma de dos filos, pues si el corazón que intenta aproximarse o se aproxima al Eterno para dar una ofrenda no es el adecuado, este intento de ofrendar puede hacer que se levanten edictos contrarios sobre la persona que ofrenda, como fue el caso de Job, que su ofrenda levantó al estorbo que levantó un edicto, ya que esa aproximación conlleva un juicio, pues no cualquiera puede presentarse delante del Eterno.
Mat 5:23 Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el Altar, y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
Mat 5:24 deja allí tu ofrenda ante el Altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y luego regresa y presenta tu ofrenda.
Mat 5:25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
Tener el corazón correcto es clave para presentar las ofrendas y las oraciones, ya que es el corazón del hombre el que determinará si la ofrenda lo acercará o no al Eterno, si su oración es escuchada o no.
Pro 15:8 Abominación a YHWH es el sacrificio de los impíos, Pero la oración de los rectos es Su deleite.
Pro 15:9 YHWH aborrece el camino del malvado, Pero ama a quien va en pos de la justicia.
Pro 15:29 YHVH está lejos de los malvados, Pero escucha la oración de los justos.
Pro 28:9 El que aparta sus oídos de oír la Ley, Aun su oración le será abominable.
EL TIEMPO
Este es otro factor que hace la diferencia entre ofrenda y ofrenda. Esta creación está suscrita a las coordenadas del tiempo y el espacio, así que el tiempo no solamente es un lienzo sobre el que quedan registrados nuestros actos, si no que es un elemento espiritual activo de la creación que potencializa el acto realizado en el tiempo adecuado.
Ecl 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo de los cielos tiene su hora
Es parte de la educación en la Torá, el hacer conocer al hombre la sabiduría de los tiempos para cada asunto dentro de esta creación, y así el hombre no falle haciendo actos fuera del tiempo adecuado. Con respecto a las ofrendas, son muchas de ellas que la Torá muestra el tiempo adecuado de presentarse, por ejemplo las ofrendas festivas que deben ser presentadas en el tiempo prescrito por la Torá, ni un día antes ni un día después, las primicias que deben ser ofrendadas antes de cualquier otra ofrenda, con respecto a los votos voluntarios dice la Torá que no debe el hombre retardarlos para su entrega, etc. Así que como vemos, una ofrenda tiene su tiempo para ser entregada, una ofrenda entregada fuera del tiempo establecido por la Torá para ella, pierde su eficacia, pues al ser el tiempo un elemento espiritual activo dentro de esta creación, este aporta un elemento sumamente importante a la ofrenda.
Cada día un nasí que representaba a su tribu presentó su ofrenda, con lo aprendido hasta aquí, es imposible que pensemos que el día en que cada uno de ellos presentó su ofrenda no tenga importancia, pues cada uno entregó su ofrenda en el tiempo que tenía que presentarlo, y a parte del corazón de cada uno, el día en que fue presentada la ofrenda también marca la diferencia entre ofrenda y ofrenda.
Núm 7:48 En el día séptimo correspondió a Elisama ben Amiud, príncipe de los hijos de Efraín.
Núm 7:54 En el día octavo correspondió a Gamaliel ben Pedasur, príncipe de los hijos de Manasés.
Con la información que hemos presentado hasta aquí, es impresionante para nosotros percatarnos que a los hijos de Iosef, Efraím y Manashé, les tocara precisamente dar su ofrenda los días 7mo y 8avo dentro de los doce días que los hijos de Israel presentaron sus ofrendas por medio de sus príncipes, en la inauguración del Tabernáculo. Pues el día 7 como sabemos representa la perfección espiritual de la materialidad, y el número 8 representa el más allá, nos referimos al más allá de esa perfección, cuando lo material deje su materialidad y sea elevado a la completa espiritualidad.
Como sabemos todos, Iosef encabeza la final redención del pueblo de Israel, de allí es que debido al cruce de manos de Yacob al bendecir a los hijos de Iosef, su hijo menor Efraím encabece a las 10 tribus perdidas de la Casa de Israel, quienes encabezan esta redención final que nuestros ojos están viendo, por eso es que los profetas se refieren a la Casa de Israel como Efraím, y el Eterno dijo sobre Efraím lo siguiente:
Jer 31:9 Se marcharon llorando, Los haré volver entre consuelos, Y los haré andar junto a torrentes de aguas, Por una vía llana y sin tropiezo, Porque Yo soy a Israel por Padre, Y Efraín es mi primogénito.
¿Qué aporte o efecto a la redención final dirigida por los hijos de Iosef, dio el hecho de que fueran precisamente sus hijos los que presentaron sus ofrendas en la inauguración del Tabernáculo los días 7mo y 8avo? La respuesta posiblemente nunca estará a nuestro alcance, pero de algo si estamos seguros, esa ofrenda, presentadas por los príncipes de las tribus de Iosef, en los días 7mo y 8avo tienen que ver con el hecho de que sea bajo el emblema de Efraím que esta redención final del pueblo de Israel se esté llevando a cabo.
REFLEXION
Toda persona justa debe estar consciente que el valor de su ofrenda física se lo da el corazón con que se está presentado, de allí la importancia en que no solo nuestra educación en la Torá sino el ambiente de nuestras comunidades, deben de ser propicias para cultivar los corazones de los ofrendantes y que estos sean adecuados, y entonces sus ofrendas y oraciones sean gratas delante del Trono Celestial.
Y por otro lado debemos aprender sobre el momento adecuado para cada ofrenda, no antes y no después de lo que la Torá ha instruido, por ejemplo, la ofrenda del Shabat (séptimo día de la semana) es clave para un efraimita, siendo el Shabat la puerta que une a este mundo con la perfección que viene del Creador de los cielos y la tierra, y teniendo en cuenta que en ese día nos disponemos a cerrar nuestras manos para no laborar y así buscar esa perfección, nuestra ofrenda de Shabat es de suma importancia, y por eso debe ser dada antes de iniciar mi búsqueda de esa perfección disponible en ese día santo.
Shabat Shalom
R. Yehuda ben Israel