En nuestra parashá muere Sarah, la impresión que nos da es que la vida de Sarah tuvo como objetivo dar vida a Y itzjak, el hijo de la promesa una promesa Divina que rebasó la razón humana de cómo sucedería.
Abraham y Sarah eran ya ancianos muy entrados en años; y en Sarah había cesado la regla de las mujeres. 12 Y Sarah se rió en su interior, diciendo: « ¿Ahora que ya he marchitado volveré a tener la piel delicada? ¡Si mi marido está viejo!». 13 Entonces YHWH le dijo a Abraham: « ¿Por qué Sarah se ha reído, diciendo: ¿De verdad tendré un hijo, a pesar de ser ya anciana? 14 ¿Acaso hay algo que esté por encima de YHWH? En el tiempo designado regresaré a ti el próximo año en esta época, y Sarah tendrá un hijo». 15 Sarah lo negó, diciendo: «No me reí», pues tuvo miedo. Pero él dijo: «No es cierto, pues sí te reíste».
Ber 18:11
La risa incrédula de Sarah al no creer la manera en que El Eterno iba a cumplir su promesa, es precisamente porque el razonamiento humano tiene una limitante. Cuando el ser humano no puede comprender algo lo ridiculiza, le da risa, y esa risa de Sarah quedo plasmada en el nombre de su hijo Yitzjak.
Como vimos en la Parasha pasada debido a la incredulidad de ambos, ya que no había una manera racional de que El Eterno cumpliera su promesa, decidieron que Abraham se allegara a Hagar y así nació Ishmael. Este pasaje de muestra que el ser humano quiere que las promesas de El Eterno funcionen bajo su razonamiento, sin embargo El Eterno decidió esperar a que Abraham y Sarah fueran ancianos, cuando todos vieran imposible que pudieran concebir un hijo para testificar que El había obrado en ellos y fuera visible para todo el mundo. Porque El Eterno siempre cumplirá sus promesas pero el cumplimiento no tiene que ser conforme al razonamiento humano y en ese punto es donde las religiones se equivocan.
Por eso es fabulosa la analogía de que el Mashiaj se presentaría como el maná del cielo, como un pan que nosotros ni nuestros padres conocieron. Precisamente porque la manera en que El Eterno ejecuta su salvación no es como nosotros ni nuestros padres pensaron, no es conforme a nuestro razonamiento humano. La salvación de El Eterno es primero en nuestros corazones y luego como pueblo, pero no será conforme a la lógica humana.
Nosotros no debemos de preocuparnos de testificar con nuestra vida que vivimos algo sobrenatural en nuestro interior aunque provoque risa en la gente que ajusta su fe al razonamiento humano. Nosotros como Efraím somos obra de El Eterno, una obra sobrenatural que la razón humana no podrá comprender, porque cuando El Eterno quiere testificar que hizo algo siempre lo hace de una manera sobrenatural, de donde nadie lo espera y siempre rebasa los límites de la comprensión. Y eso es precisamente lo que nos sacó de Mitzrayim, que nos sacó de la religión donde estábamos y nos llevó a caminar a un rumbo desconocido, y ese es el camino de la Emuná de Abraham y Sarah.
Shabat Shalom
R. Yehuda ben Yisrael