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Leer Parasha y Haftará

Ahora bien, YHVH había dicho a Abram: Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.

Gén 12:1

A Avraham Aveinu el Eterno lo llamó y le dio una instrucción que él siguió, dejo a su tierra, su parentela y a su padre, todo lo que a cualquier persona le provee seguridad y estabilidad, física y emocional, todo eso lo tenía que dejar Avram aveinu y así lo hizo él, porque esa era la instrucción del Eterno para su vida.

Muchos años más tarde, el Eterno le dice que sacrifique a su hijo, a su único hijo, el que se le había prometido y que nació por medio de un milagro, el hijo sobre el cual reposaba las promesas y los pactos que el Eterno había hecho con Avraham, y Avraham estuvo dispuesto nuevamente a obedecer, y así lo hizo, lo entregó.

Hay dos puntos importantes que abordaremos en esta oportunidad, TODO GIRA ALREDEDOR DE EL, y NO ESTORBAR LA VOLUNTAD DIVINA.

TODO GIRA ALREDEDOR DE EL

La Torá nos da una gran enseñanza sobre el actuar del padre de la fe, Avraham, y al mismo tiempo nos marca un camino a seguir, porque como hijos debemos seguir los pasos de nuestros padres, en este caso el camino y actuar de Avraham aveinu.

Para el Patriarca toda su vida y toda la creación giraba alrededor del Eterno, el Eterno le dijo que dejara su tierra, su parentela  y a su padre, y él lo hizo, sin titubeo ni tardanza, luego le pide a su hijo, a su único hijo, al que amaba, y él se lo da de la misma manera, sin titubeo ni tardanza.

Muchas personas buscan al Eterno para satisfacer un deseo egoísta, lo buscan para su propio bien, lo buscan para beneficio de ellos y sus familias o sus bienes materiales, Dios es para ellos un medio o instrumento para lograr sus objetivos egoístas, lo buscan para que les vaya bien en sus negocios, en la salud, en lo familiar, etc.  Lo buscan para beneficio propio, pero realmente el Eterno no es el centro de sus vidas, sino ellos mismos y sus familias son el centro de su realidad, y Dios solo es alguien en quien pueden y deben apoyarse para que les vaya bien, alguien de quien buscan solamente servirse.

Todo lo que un hombre es capaz de hacer por salvar o beneficiar a su familia, por educar y amar a sus hijos es debido al lugar que ellos ocupan en sus corazones, no por lo que Dios quiere de ellos.  En pos del amor del hombre egoísta, en los hogares se pasan por alto y justifican los más grandes actos de injusticia, como la rebeldía, la desobediencia, la deshonra, etc.  Y aún así le piden al Eterno por su bendición y protección Divina, porque al final, Dios está a su servicio y no ellos y su familia al servicio del Eterno.

Polvo y ceniza somos delante de Tu presencia… dijo en una oportunidad el Patriarca Avraham, no somos nada, ¿qué es nuestra vida? ¿Qué somos nosotros y nuestras vidas ante el Eterno y Su Voluntad? La única verdadera respuesta de fe es, nada, somos nada.  No hay nada más importante ni merecedor de nuestra atención, más que el Eterno y su voluntad.

El amor que le profesemos a nuestro cónyuge, a nuestros hijos y a nuestros padres, no debe ser por lo que ellos son para nosotros, sino por lo que el Eterno quiere que ellos sean para nosotros.  El amor es la manifestación de la esencia Divina en este mundo, pero la esencia Divina al mismo tiempo que es el amor, es justicia, por lo tanto el verdadero amor nunca permitirá la injusticia, ni nos empujará a hacer algo fuera de la voluntad Divina, porque sería como si el propio Eterno atentara contra su propia esencia.

¿Es realmente el Eterno el centro de nuestra vida? ¿Me importa más El o mi familia? Mucha gente cree que no hay contrariedad entre el Eterno y el amor que ellos profesan a sus familias, son incapaces de verlos como opuestos, pero es así, cuando nuestros hijos o cónyuges actúan con injusticia, son opuestos a todo lo que es Divino, y mi manera de accionar mostrará quién es el centro de mi vida.

Si tu hermano, el hijo de tu propia madre, o tu hijo o tu hija, o la mujer que amas, o tu amigo entrañable, te llega a incitar en secreto diciendo: Vamos y sirvamos a otros dioses (que no conociste, ni tú ni tus padres),

Deu 13:6

los de los pueblos que te rodean, cercanos o lejanos de ti, de un extremo de la tierra al otro,

Deu 13:7

no cederás ni lo escucharás, ni tu ojo tendrá compasión de él, ni lo perdonarás ni lo encubrirás,

Deu 13:8

sino que ciertamente lo matarás. Tu mano será la primera contra él para hacerlo morir, y después la mano de todo el pueblo.

Deu 13:9

Pasar por alto la injustica en nuestros hogares, como el desobedecer un mandamiento, es un acto de idolatría, es ser partícipe de la injusticia, y eso demuestra que el Eterno no es el centro de nuestra vida.  Refinemos nuestros deseos y corrijamos nuestro actuar, para que sea el Eterno el centro de nuestra vida, para que todo lo nuestro gire alrededor de El y Su Voluntad.

El Eterno creó todo de la nada (ayín), la labor nuestra es llevar todo a la nada (ayin).

NO ESTORBAR LA VOLUNTAD DIVINA

Todo lo que el Eterno le ordenó a Avraham aveinu, así lo hizo él, con diligencia y sin titubear.  Avraham es el ejemplo de toda persona que estando alejada del Eterno escucha Su Voz y desea caminar en pos de esa Voz, de esa Voluntad Divina que se le ha manifestado por medio del entendimiento y del deseo de hacer, que el propio Eterno pone en los corazones y en sus mentes.  En otras palabras, Avraham como padre de la fe, es vivo ejemplo de una conversión al Dios de Israel y a Su Torá.

Como vemos en la narrativa de la Torá, ese caminar hacia el Eterno y Su Voluntad fue rápido e inmediato por parte del patriarca, y así debe ser todo aquél que es llamado por el Eterno, diligente y veloz para obedécele.

Son muchos los casos en la Biblia y en el Nuevo Testamento, de hombres que como el patriarca escucharon la voz Divina y caminaron en pos de El, rápidamente y sin tardanza, un ejemplo muy importante  es Yitro, el suegro de Moshé, quién solo escuchó lo que el Eterno había hecho por el pueblo de Israel, y Lo reconoció como el Dios superior, y de inmediato hizo una ofrenda al Eterno que fue de Su agrado, y Moshé y los ancianos del pueblo comieron con él, y su ofrenda fue de olor grato para el Eterno.

¿Quién se atreve a poner tropiezo a tan sublime llamamiento? ¿Quién es capaz de estorbar la Voluntad Divina? Esa actitud es una actitud demoníaca.  El camino hacia la Torá debe estar limpio y libre de todo obstáculo para aquél a quien El llama.  No permitan que nadie estorbe su camino hacia el Eterno y Su Voluntad, escapen de estrategias dilatadoras que lo único que buscan es desalentar sus corazones y matar ese fuego vivo que hay en sus corazones, provocado por el sagrado llamamiento, un llamamiento del Eterno para retornar a El y a Su Torá, por medio del arrepentimiento y el obrar conforme a la justicia Divina.

Si usted entendió que tiene que retornar al Eterno y a su Torá, corra!! Y obre como el Padre de la fe, con diligencia y sin tardanza.

Shabat shalom

R. Yehuda ben Israel