fbpx

Leer la parasha y haftaráh Beshalaj

Éxo 15:27  Y llegaron a Eilimá,  donde había doce ojos de agua,  y setenta palmeras;  y acamparon allí junto a las aguas.

Eilim es el nombre del lugar a donde llegaron en esta oportunidad los israelitas, al ver la narrativa de la Torá y para ver un poco más allá de lo que hay en las simple narrativa, es importantes hacerse unas preguntas, ¿Porqué la Torá es tan específica al decir cuántas fuentes de agua y cuántas palmeras habían allí? ¿Es importante saber lo que hay en este lugar? ¿Hay algún mensaje atrás de la narrativa?

En primer lugar es importante hacer notar que la palabra en hebreo que designa el nombre de este lugar es

“ELIMÁ”  אילמה

Cuyo valor numérico es 86, el mismo valor numérico de Elohim, mostrando de esa manera que en esencia estas dos palabras son lo mismo, una misma raíz cuantitativa, pero no solo eso, la palabra ELIMÁ está compuesta de las mismas letras que la palabra ELOHIM, así que la relación entre estas dos palabras tienen algo más en común que simplemente su raíz espiritual, en el mundo de la creación también son lo mismo pero con una imagen distinta.

ELOHIM, es un atributo de justicia, de límites y de fortaleza, es por eso que exclusivamente con este calificativo, que la Torá nombra en su primer capítulo al creador de los Cielos y la Tierra, precisamente cuando narra como todo fue hecho por ELOHIM.

Es entonces EILIMÁ un lugar por medio del cual la Torá nos quiere mostrar la fuerza creadora del Eterno, Sus límites, Su poder, Su justicia, todo esto a través de la imagen de este lugar llamado EILIM, que está compuesto de 12 “ojos de agua” y 70 palmeras.

EILIM

Eilim quiere decir “palmeras”, lo que nos indica lo más importante o lo más notable de este lugar, que da sentido a su nombre, son las palmeras, que son setenta, según la Torá lo indica.

Hay tres datos que son necesarios tomar en cuenta para encontrar el significado profundo de estas palmeras:

  • El número setenta representa una totalidad.
  • También significa un grado de perfección de lo material, como el shabat lo es a la semana.
  • Por otro lado, la palmera en sí, ha sido dentro de la tradición hebrea símbolo del justo.

En el nivel de interpretación que estamos estudiando, son entonces estas setenta palmeras, las que dan nombre a este lugar, los justos de las naciones, las personas justas que no solo embellecen la creación del Eterno como las palmeras lo hacen con este lugar llamado Eilim, sino también le dan razón y sentido a una creación creada por un Elohim justo, o sea que manifiestan esa naturaleza de su creador en su creación, dándole sentido y congruencia a la creación del Eterno, como las palmeras dan sentido al nombre de Eilim.

LOS DOCE OJOS DE AGUA

Aunque lo traducen como ·”fuentes de agua” en hebreo dice עינת   “ayínot” que es el plural de “ayin” que literalmente es ojo, o sea “ojos de agua”, nacimientos de agua, lugares de dónde sale agua natural, hacemos hincapié en  este detalle, porque una fuente se puede entender como un lugar donde fluye agua, pero no necesariamente un lugar donde nace agua, así que creemos importante esta nota, en Eilim habían doce de estos ojos de agua.

La imagen que genera en nuestras mentes este verso, es el de un lugar atractivo y fresco por las palmeras que habían allí, y que los ojos de agua eran los que permitían la existencia de las palmeras, ya que proveían a la tierra de ese lugar, todo lo necesario para la existencia de esas palmeras, por decirlo de alguna manera, los doce ojos de agua regaban la tierra y la mantenían propicia para la germinación de las palmeras.

El número doce al igual que el siete, nos muestra una totalidad, así como también una perfección, y ese número doce también nos muestra  una relación con el pueblo de Israel, que son doce tribus, más la tribu sacerdotal número trece, que por ser sacerdotal no se cuenta entre sus hermanos, número trece que también está presente en nuestro verso base, de una manera oculta también, ya que trece son las palabras hebreas que componen este verso.

Son los doce ojos de agua entonces, una alegoría del pueblo de Israel compuesto de sus doce tribus, y es por eso que la Torá dice: “acamparon junto a las aguas” que eran doce, y no bajo las palmeras que eran setenta y que eran las que los podían proteger del sol, y son las que dan sentido al nombre de Eilim, pero la estancia del pueblo en ese lugar la Torá lo relaciona a los doce ojos de agua y no a las setenta palmeras.

CONCLUSION

Los justos de las naciones son el objetivo de la creación, no solo recrean y hermosean a la creación del Eterno con su justicia, sino que le dan sentido a la creación de Elohim, manifestando la esencia Divina en este mundo con su justicia.

El pueblo de Israel es el medio por el cual el objetivo se alcanza, el pueblo de Israel fue llamado a ser una nación santa, a ejercer un “SACERDOCIO”, la palabra “kohen” que en hebreo designa a un sacerdote, tiene su raíz que significa “intermediario”, un sacerdote es entonces un intermediario entre la Divinidad y los hombres, en este caso entre el Eterno y los justos.

INTERMEDIARIO

Así como los ojos de agua en Eilim proveían lo necesario para que las palmeras pudieran existir, de esa misma manera el pueblo de Israel debe ser el medio para que los justos de las naciones puedan existir en la creación del Eterno, siendo el pueblo de Israel el medio y no el objetivo. 

Para que un medio pueda cumplir su función intermediaria, debe anularse, de esa manera evita estorbar entre los dos puntos que en su función debe unir, en este caso, entre el Eterno y los justos de las naciones.  De lo contrario se corren dos riesgos: PRIMERO, la idolatría, ya que hacemos del medio un fin.  SEGUNDO: en lugar de unir dos puntos, estorbamos, ya que al no anularse el medio impide la relación entre los dos puntos.

La Torá fue dada a la toda la humanidad y no solo al pueblo de Israel, por eso dice:

Lev 18:5 Observaréis mis estatutos y mis decretos, pues el hombre que los haga, vivirá por ellos. Yo, YHWH.

Y dice el “hombre” y no el israelita, porque la Torá fue dada para la humanidad y no para el pueblo de Israel, el pueblo es el medio por el cual fue entregada, hasta los propios sabios del pueblo lo han dicho, al interpretar el hecho que la Torá fuera entregada en el desierto y no en la tierra de Israel, porque el desierto es tierra de nadie, así nadie se puede adjudicar propietario de la Torá.

REFLEXION

Por siglos el pueblo de Israel no ha entendido su función intermediaria, y la entrega de la Torá creó arrogancia y vanidad en su corazón, y el Eterno por medio de sus profetas lo ha dicho varias veces, cuando dijo:

 Jer 2:13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, Y cavaron para sí cisternas, Cisternas rotas que no retienen el agua.

Siendo el agua la Torá, la instrucción Divina, y la cisterna la retención de ella para su propio consumo y no para compartirla, y también lo dijo de otra manera, cuando dijo:

Eze 34:17 En cuanto a ti, rebaño mío, así dice Adonay YHVH: He aquí Yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos.

Eze 34:18 ¿Es poca cosa para vosotros el haberos alimentado con buenos pastos, para que también pisoteéis el resto de vuestros pastos? ¿Y que habiendo bebido las aguas claras, enturbiéis con vuestras pezuñas el residuo?

Eze 34:19 ¿Y tienen mis ovejas que comer lo pisado, y beber lo enturbiado con vuestras pezuñas?

Eze 34:20 Por tanto, así dice Adonay YHVH: He aquí Yo mismo juzgaré entre la oveja gorda y la oveja flaca.

Eze 34:21 Porque con el flanco y la espalda empujáis, y con vuestros cuernos acometéis a todas las débiles, hasta que las habéis dispersado fuera.

Eze 34:22 Por tanto Yo salvaré a mis ovejas, y no serán más una presa, y juzgaré entre oveja y oveja.

AMADO ISRAELITA, no dejes que el conocimiento o el llamado a ser parte de una nación santa llene tu corazón de arrogancia y vanidad, porque con eso estás echando a tierra tu razón de ser, el ser un sacerdote, un intermediario entre el Eterno y la humanidad, nuestra función como pueblo escogido por el Eterno, es hacer que toda la humanidad Lo conozca, y se acerque a Él por medio de Su Torá, nuestra función es de ayudar a la humanidad en su necesidad de asirse de su Creador, a veces nos es necesario empujar y hasta forzar ciertas cosas, pero a veces nos es necesario interceder por las naciones ante nuestro Elohim, todo esto para que los justos se levanten es este mundo, como las palmeras en Eilim.  No somos el objetivo de la Torá, somos solo un medio por el cual El la entregó a la humanidad.

Y TU HOMBRE JUSTO, no dejes que nadie que se haga llamar israelita te menosprecie por tener prepucio, delante del Eterno no hay almas de segunda clase, no permitas que ningún hombre malvado que se disfrace de israelita estorbe lo que el propio Eterno ha hecho en tu vida.

Muchas veces hay más justicia, bondad y amor en los incircuncisos de prepucio, que en los circuncidados, que hay hecho de la obediencia de la Torá una religión más,  son lobos vestidos de ovejas.

EL VERDADERO ISRAELITA

El verdadero israelita es aquel que ejerce su función como intermediario, es como los ojos de agua de Eilim, que proveen agua clara e infinita para todo aquel que tenga sed, haciendo de esta creación de Elohim, un jardín ideal para que los justos crezcan fuertes como las setenta palmeras de Eilim.

Shabat shalom

R. Yehuda ben Israel

Doce fuentes (ayin)  עינת

עַיִן

áyin probablemente palabra primaria; ojo (literalmente o figurativamente); por anal. fuente (como el ojo del paisaje):- agradar, aspecto, cara, ceja, color, contento, crimen, desagradable, desagradar, dificultad, disgusto, donde bien (te parezca), estimar, faz, fuente, grato, gustar, iniquidad, mirar, ojo, opinión, parecer, pesar, placer, preocupar, presencia, satisfecho, vigilante, vista