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Leer la Parasha y Haftara Shmini

Lev 10:1 Nadab y Abiú hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y después de poner en ellos fuego y echar incienso sobre él, ofrecieron en presencia de YHVH fuego extraño que Él nunca les mandó.

Lev 10:2 Y de la presencia de YHVH salió un fuego que los consumió y murieron en presencia de YHVH.

Lev 10:3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló YHVH, diciendo: Entre los que se acercan a mí seré santificado, y en presencia de todo el pueblo seré reverenciado. Y Aarón guardó silencio.

En plena inauguración del Mishkan, cuando sus hijos van a ser graduados de sacerdotes del Eterno delante de todo el pueblo, Aarón ve morir a sus dos hijos fulminado por un fuego que desciende del Cielo, pero Aarón se quedó callado.

Luego de que Aarón estuvo a punto de ser muerto por la furia del Eterno por el incidente del becerro de oro, pero que gracias a la intervención de Moshé por él, el Eterno lo perdona, y ahora después de eso el Eterno lo escoge a él y a sus hijos como Sumos Sacerdotes del pueblo escogido, debió haber mucha gratitud en el corazón de Aarón al estar siendo consagrado él y sus hijos como Sumos Sacerdotes después de su error, y en el punto cumbre de todo ese honor y gloria de la familia de Aarón, sus hijos son fulminados por un fuego santo delante de él y de todo el pueblo, ¿cómo podemos comprender que Aarón simplemente quede callado ante tan grande tragedia?

EL SUFRIMIENTO

El sufrimiento es proporcional a la diferencia entre la voluntad del hombre y la voluntad Divina.  La fe del pueblo de Israel está fundamentada en la unicidad del Eterno, y eso significa que toda la creación es como un pensamiento efímero en la mente de su Creador, cuya existencia depende total y continuamente de la voluntad de su Creador para poder seguir existiendo, a tal grado que la existencia de la creación es relativa, pues esta dependiendo constantemente de la voluntad de su Creador.

El Rabí Haím D. Zukewar enseñó que toda la realidad tal y como la conocemos, individual y colectiva, es el resultado de una serie de encadenamientos de causa y consecuencia, generados desde y por la causa primera, el Kadosh Baruj Hu.   Quien dirige a Su creación constantemente hacia el objetivo que el plasmó en ella desde el momento que la creó.

Entonces el Eterno no solo es la causa primera de todo, sino que Él como causa primera tiene un objetivo, por lo tanto todo lo que es generado desde Él tiene un objetivo conforme a Su voluntad, voluntad que nosotros como hombres no conocemos pero lo que sí sabemos con certeza, es que todo es generado desde El y por El, lo que quiere decir que todo lo que ha sucedido, lo que está sucediendo y lo que sucederá, era, es y será para nosotros la manifestación de su poder y de su voluntad, poder y voluntad dirigido hacia un objetivo, voluntad y objetivo que podremos atisbar por medio de una educación integral basada en Su Torá, Torá que manifiesta esa voluntad a la cual nosotros debemos apegarnos y amar con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todos nuestros recursos. 

EL EGOISMO

El egoísmo en el corazón de los hombres es el que se opone y resiste a la aceptación de esta verdad, de allí el sufrimiento, porque cuando la  realidad del hombre no es conforme a su voluntad y deseo, el hombre consiente o no se enfrenta a la verdadera Realidad de su vida, que él no es Elohim (Dios), no es el creador, ni tiene control de esta creación, por lo tanto esta vida no tiene nada que ver con lo que él quiere, sino que todo tiene que ver con el Kadosh Baruj Hu, Su poder y Su voluntad.

Eso puede provocar tres tipos de reacción en el hombre:

  1. Violencia
  2. Indiferencia
  3. Creatividad

La violencia se manifiesta externa o internamente, sea la interna la que el hombre vierte sobre su alrededor, sobre sus prójimos, la interna es la que vierte sobre él mismo, la tristeza y depresión.  La indiferencia es cuando el hombre no soporta la Realidad que los hechos le presentan, y la ajusta a su propia realidad, anulando todo tipo de pensamiento o emoción que le pueda causar incomodidad o sufrimiento.

Por el otro lado, la creatividad debe ser el objetivo de todo estudio integral de la Torá, porque la creatividad nos hace tomar en cuenta ingredientes de la Realidad que hasta ahora no habíamos tomado en cuenta, y así progresivamente el hombre se apega a la realidad, reconociendo, aceptando y amando la voluntad de su Creador.

Porque cuando el hombre hace que la voluntad del Creador sea su voluntad, entonces hace que su voluntad sea la voluntad de su Creador.  Por eso Aarón guardó silencio, porque reconoció, aceptó y amó la voluntad de su creador, y todo eso por sobre lo que sus hijos eran para él y sobre él mismo.

Aarón guardó silencio, en un nivel profundo el silencio esta unido a la sabiduría:

Pro 17:27  El que ahorra sus palabras tiene sabiduría;  De espíritu prudente es el hombre entendido.

Pro 17:28  Aun el necio,  cuando calla,  es contado por sabio;  El que cierra sus labios es entendido.

Y esa sabiduría es la que hizo que Aarón guardara silencio, y ese silencio no solo fue de palabras, sino de corazón, pues el Eterno no necesita nuestras palabras para saber lo que hay en nuestro corazón, la tristeza y la congoja de corazón son vistos por parte del Cielo, como quien está renegando de la voluntad Divina.

Quiera el Eterno como dador de entendimiento, dar a todos aquellos que con un corazón humilde estudian su Torá, auxiliarlos para que esta verdad sea acogida en sus corazones, para bien, para vida y para paz.  Y que ante la situación difícil de encontrase de una manera drástica con la voluntad Divina, podamos todos actuar también con sabiduría, y guardar silencio con humildad, no solo en nuestra boca, sino en nuestro corazón.

Shabat Shalom

R. Yehuda ben Israel