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Leer parashá y haftará

Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés,  que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto,  míos son; como Rubén y Simeón, serán míos.

Gén 48:5

Iosef fue quitado del lado de su familia y fue llevado a vivir entre gente extranjera por mucho tiempo, hasta le cambiaron su nombre, y fue conocido como SOFNAT PANEAJ, Que en copto* significa un revelador del secretos, o, el hombre a quien se revelan los secretos. Jerónimo dice que este nombre significaba en Egipto, Savatorem mundi, “El Salvador del mundo;” y Psotem-phaneh, en copto, es sin duda “la salvación del mundo”.

Luego de su larga estancia en Mitzraim (Egipto), cuya palabra está emparentada con la palabra hebrea que significa “limitaciones”, Iosef o Sofnat Paneaj engendra dos hijos, nacidos en Mitzraím (limitaciones) con una mujer egipcia.  Para los hijos de Yacov, Iosef estaba muerto, y cuando se lo encontraron no lo reconocieron, porque él no les reveló su identidad, siendo esto así, mucho menos podrían algún día reconocer a estos dos hijos de Sofnat Paneaj como parte de su familia, para ellos estos dos niños eran totalmente ajenos a su familia y creencia, eran un par de egipcios más.

Iosef engendró sus hijos en Mitzraím (limitaciones) con una mujer egipcia, y les dio nombres hebreos, Manashé y Efraím. Y ahora que Iosef les reveló su identidad a sus hermanos y ellos lo reconocieron, desciende su padre Israel también a vivir no solo con Iosef o Sofnat Paneaj sino a vivir de él, porque él los sustentaría por el resto de sus vidas.

LA ADOPCIÓN

Antes de morir Israel reconoce a los hijos de Iosef o Sofnat Paneaj como hijos propios de él, de Israel, diciendo que serían hijos de él como lo eran Reubén y Shimón, sus dos hijos mayores que le dio su esposa Lea, la de ojos melancólicos que él no amaba, pero le dio a sus primeros hijos.  El significado de los nombres de Reubén y Shimón respectivamente forman una expresión muy peculiar, “Miren! un hijo, el Eterno me ha escuchado”.

SU NOMBRE ERA IOSEF

El nombre de Iosef significa “el que añade”, siendo el nombre la esencia del ser, podemos entender cuál es la esencia de este hombre por su nombre, su esencia es añadir o adherir, lo que no era a lo que es, para que deje ser lo que se era antes y llegar a ser algo nuevo, que sea parte de lo nuevo, a lo que se le ha añadido.  Por eso es que sus dos hijos nacidos en su exilio en Mitzraím, con una mujer extranjera, son reconocidos por su padre Israel antes de morir como hijos propios de él, de Israel, con ese acto estos dos niños son “añadidos” a las tribus de Israel, quienes dejaron de ser 12 y se convirtieron en 13 tribus, todo esto es gracias a la revelación de la identidad de Sofnat Paneaj (el Salvador del mundo) para con los suyos, aquellos que lo sacaron al exilio, queriendo deshacerse de él, él se revela diciéndoles:  ANI IOSEF, yo soy Iosef (el que añade).

EL EXILIO

Iosef supo que su salida de la casa de su padre fue un propósito Divino, para que finalmente pudiera suceder todo lo que sucedió luego de que él revelara su identidad a los suyos, los reunió y los sustento, y no solo eso, sus dos hijos nacidos en Mitzraím fueran añadidos a la casa de Israel, para Iosef ese fue el propósito de su exilio.

Un exilio que de antemano su padre Israel marcó sobre su vida, cuando le hizo una túnica de colores, la palabra traducida como colores es “pas” que viene de la palabra “pasas” que quiere decir “dispersión o desaparición”, tal y como sucedió con él, fue a la dispersión y desapareció de la vista de los suyos.  Así que para realizar la labor que el Eterno tenía para Iosef, le era necesario dejar los suyos, desaparecer de su vista, salir al exilio y allí encontrarse con los suyos de nuevo y que sus hijos fueran añadidos a la casa de Israel.

MASHIAJ BEN IOSEF

Su Majestad Yeshua vino como el “Siervo Sufriente”, función mesiánica que conforme a la tradición del pueblo israelita se le conoce como “Mashiaj ben Iosef”, precisamente por Iosef, el hijo Yacov, quien también fue conocido en Mitzraím como Sofnat Paneaj (el Salvador del mundo).

Su Majestad profetizó también su salida del pueblo, en una de sus parábolas dijo:

Finalmente, les envió a su hijo, pensando: Respetarán a mi hijo.

Mat 21:37

Pero los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Éste es el heredero; ¡venid, matémoslo y poseamos su herencia!

Mat 21:38

Y prendiéndolo, lo echaron fuera de la viña, y lo mataron.

Mat 21:39

Con base al libro de Salmos, en donde se compara al pueblo de Israel a una viña, la parábola se refiere a su salida del pueblo de Israel, tal y como sucedió con Su Majestad Yeshua, fue sacado culturalmente de la vid, ahora su pueblo no lo reconoce, porque lo vistieron con ropaje extranjero y hasta su nombre le cambiaron, ahora parece más romano que hebreo, por eso sus hermanos no lo pueden reconocer, hasta que él les revele su identidad, ani Iosef, yo soy Iosef (el que añade).

Pero tal y como lo profetizó Isaías sobre el Mashiaj ben Iosef, una vez que se ofreciera él mismo como sacrificio de expiación por su pueblo, vería linaje.  Ese linaje que está simbolizado por Efráim y Manashé en la narrativa de nuestra parashá, unos hijos que nacieron en el exilio, pero que finalmente va a ser añadidos a los hijos de Israel, ese linaje prometido al Mashiaj somos nosotros, aquellos que estaba profetizado que él nos daría vida después de estos dos mil años que han transcurrido desde su aparición como Mashiaj ben Iosef.¡Venid, volvamos a YHVH! Porque Él desgarró, pero nos sanará; Él hirió, pero nos vendará la herida.”

Nos dará vida después de dos días: Al tercer día nos resucitará, y viviremos delante de Él.

Ose 6:2

EL RETORNO

Hace más de 2,600 años la Casa de Israel salió al exilio en manos de Asiria, fueron dispersados por todo el mundo y su rastro desapareció, hasta en los recuerdos del pueblo que quedó en el sur, el pueblo de Judá, de allí en adelante toda la historia del pueblo de Israel ha sido desarrollada por aquellos que quedaron en la tierra, la Casa de Judá, tan solo el 20% de todo el pueblo.  La casa de Israel dejó de ser pueblo, por eso el profeta los llamó Lo-ami (no pueblo mio).

Le dijo: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo ni Yo seré para vosotros Elohim.

Ose 1:9

Pero prometió que los retornaría, y que serían añadidos de nuevo a Su pueblo.

Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que donde se les haya dicho: Vosotros no sois mi pueblo; se les dirá: Hijos del Dios viviente.

Ose 1:10

Tal y como sucedió con Efraím y Manashé, de esa misma manera está sucediendo con la Casa de Israel luego de 2600 años de exilio y de haber dejado de ser parte del pueblo de Israel, estamos regresando, porque el Eterno se ha compadecido de nosotros, y bajo la dirección de Su Majestad Yeshua estamos siendo reunidos y nos está haciendo regresar a los pactos.

EFRAIM

Pero José, viendo que su padre había colocado la diestra sobre la cabeza de Efraín, le desagradó, y asió la mano de su padre para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés,

Gén 48:17

mientras decía a su padre: Así no, padre mío, porque éste es el primogénito, pon tu diestra sobre su cabeza.

Gén 48:18

Pero su padre rehusó, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé. También él llegará a ser un pueblo, y también será grande. Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y su descendencia llegará a ser una multitud de naciones.

Gén 48:19

Ahora en el tiempo de la redención, la Casa de Israel es guiada por el estandarte de Efraím, el más pequeño entre los hijos de Israel, precisamente gracias a que el padre Yacob cruzara sus manos y bendijo a Efraím con la mano derecha, de allí es que la primogenitura es de Efraím, y esta será y es ejercida por sobre sus hermanos, inclusive los de la Casa de Judá, quienes fallaron en el tiempo que tuvieron el sacerdocio y la legislatura de la Ley con ellos.

Irán con lloro,  mas con misericordia los haré volver,  y los haré andar junto a arroyos de aguas,  por camino derecho en el cual no tropezarán;  porque soy a Israel por padre,  y Efraín es mi primogénito.

Jer 31:9 

AHORA NOSOTROS

Tiempos maravillosos son los que el Eterno nos ha permitido vivir, gran privilegio nos ha dado el Rey al protagonizar el cumplimiento de sus promesas, dadas por Sus santos profetas, el restablecimiento de la Casa de Efraím (Israel), el levantamiento de aquél a quien el profeta llama primogénito, Efraím.  Gran responsabilidad conlleva es ser israelita en estos tiempos, pero no nos toca a nosotros pelear o insistir en que se nos reconozca como tal, como israelitas. Al igual que Efraím y Manashe en nuestra parashá, solo nos toca permanecer en aquel que nos ha engendrado por medio de su sacrificio, el llamado ben Iosef (el que añade), que también es conocido en esta tierra extranjera como Sofnat Paneaj (el salvador del mundo).

Para que cuando su padre le pregunte por sus hijos, los que le nacieron en su exilio, él nos presente a nosotros, y allí y no antes, se nos reconocerá como hijos del Altísimo, seremos añadidos, gracias al oficio de Su Majestad Yeshua como el Mashiaj ben Iosef.

¡Bendito sea el nombre de YHWH, porque ha enviado su salvación y redención!

Bendito sea el nombre de YHWH, porque ha enviado a su hijo SM Yeshua por nosotros.

Shabat Shalom

R. Yehuda ben Israel

*Copto, hace referencia en la actualidad a los egipcios que profesan las religiones cristianas.  Los coptos constituyen un importante etnogrupo religioso que tiene orígenes antiguos: los coptos son los egipcios cuyos antepasados abrazaron el cristianismo en el siglo I.