En nuestra Parasha nos narra cómo los dos ángeles que habían visitado a Abraham Avinu se dirigieron hacia Sodoma y Gomorra en donde fueron hospedados por Lot. Entonces una multitud de gente intenta abusar de estos ángeles y Lot sale en defensa de ellos y dice:
Ber 19:7. Y dijo: «Os ruego, hermanos míos, que no actuéis con maldad. 8 He aquí que tengo dos hijas que jamás conocieron varón alguno. Las traeré a vosotros, y podréis hacer con ellas como os plazca; pero a estos hombres nada hagáis, por cuanto han llegado a la sombra de mi techo».
Tenemos a un personaje como Lot que es capaz de ofrecer a sus dos hijas vírgenes para poder proteger a los ángeles, en la actualidad ¿Quien en su sano juicio estaría dispuesto a hacer esto? Precisamente esto nos demuestra que los valores y principios de los personajes de la Torá son muy distintos a los nuestros por eso mismo no los podemos juzgar y precisamente por eso también sus nombres están escritos en la Torá y no los nuestros.
Estudiar la Torá y sus narrativas nos enseña lo que es agradable al Eterno pero esto también nos confronta a una realidad y si no somos capaces de verla y vivirla estaremos leyendo la Torá como una utopía, hablando de una justicia y santidad que nadie puede alcanzar.
Es de vital importancia aprender de los principios y valores de los personajes de la Torá y hacerlos nuestros para así poder entender y vivir una vida de Torá. Sólo así estaríamos verdaderamente migrando hacia la Torá, plasmando en nosotros una cultura, una percepción y un nivel de justicia, pero si nosotros no tenemos la capacidad de poder migrar, de poder adoptar una vida de Torá definitivamente vamos a deformar la Torá y la ajustaremos a nuestras debilidades almáticas, haciendo de ellas una norma y siendo limitados por ellas, en pocas palabras convirtiendo a la Torá en una religión más.
Verdaderamente debemos reflexionar sobre si realmente los principios y valores que se presentan en la Torá son nuestros principios y valores también y eso lo lograremos solamente a través del espíritu del Mashiaj, porque si no solamente estaremos leyendo literatura ajena que nunca vamos a lograr entender.
Shabat Shalom
Rab. Yehuda ben Yisrael
