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Leer la parasha y haftaráh Beshalaj

Endureceré el corazón de Paró y él os perseguirá, y Yo Me glorificaré a través de Paró y de todo su ejército, y Egipto sabrá que Yo soy YHWH». Y así lo hicieron.

Shemot 14:4

Como dice la parashá El Eterno puso en el corazón de Paró perseguir al pueblo para así poder glorificarse a través de la partición del mar rojo y posterior aniquilación del ejército egipcio. En la narrativa Paró representa al ente esclavizador del pueblo y actualmente la humanidad es esclavizada por su egoísmo y por su inclinación al mal.

Podemos hablar de libertad, de mandamientos y de creer o pretender ser justos pero si en nuestras vidas aún existen contiendas, enojos, chismes y celos eso quiere decir que El Eterno no se ha glorificado en nuestras vidas y Paró nos sigue esclavizando. Y así como en la parashá la única manera de glorificar el nombre de El Eterno es hacer que ese ente esclavizador quede sojuzgado, pero para eso debemos purificar nuestro deseo hacia el altruismo.

En ese sentido Su Majestad Yeshua enseñó diciendo “Padre que ellos sean uno como Tu y yo somos uno, así el mundo sabrá que yo era el que había de venir”. La única manera en que manifestamos que Su Majestad Yeshua es el Mashiaj es mediante la unidad del pueblo, dejando atrás todo nuestro egoísmo y nuestra inclinación al mal que nos divide en lugar de unirnos. Mediante esa unión demostrando que hemos sido liberados de nuestro egoísmo e inclinación al mal.

Nosotros debemos entender que sólo dejando el pecado expresamos una libertad, esa libertad que fue por la que nuestro Mashiaj fue sacrificado. Viviendo una vida libre del pecado, libre de nuestro egoísmo, libre de nuestra inclinación al mal, así como llena de amor y unidad es como honramos el sacrificio de Su Majestad Yeshua y glorificamos el nombre de El Eterno. 

Shabat Shalom

R. Yehuda ben Yisrael