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Leer parashá y haftara

Nosotros le dijimos a mi señor. El joven no puede abandonar a su padre (Hablando de Biniamín), pues si lo abandonare, su padre morirá.

Bereshit 44:22

Yaakov conocía las promesas, los pactos que había recibido estaban sobre Yosef, sin embargo para él Yosef estaba muerto entonces tal vez la única posibilidad que todo se cumpliera sería a través de Biniamín, el único hijo que le quedaba de su amada Rajel, por eso Yaakov se aferraba a él no por ser el hijo de su amada sino porque estaba comprometida la manera en la que Yaakov había entrendido el cumplimiento de todas las promesas por parte de El Eterno a su padre Yitzjak y su abuelo Abraham.

Por esto Biniamín no podía alejarse de su padre debido a que si llegaba a pasarle algo, esto causaría un conflicto teológico o profético de alguna manera en Yaakov, pero finalmente no fue así ya que Yosef estaba vivo por lo que todas esas promesas y pactos se cumplirían por medio de Yosef.

Nosotros hoy en día estamos siendo parte de todas esas promesas, debido a que través de SM Yeshua la casa de Yisrael está siendo restaurada en el exilio. Como todos nosotros dejamos de ser pueblo un día ahora estamos siendo reinjertados en el olivo natural de donde fuimos de nuestro patriarca Yosef nosotros somos, y esa esencia de añadir es la que caracteriza a la casa de Yisrael. Y por la esencia de Yosef sus hijos Efraím y Menashe, hijos del exilio nacidos de un útero extranjero fueron añadidos al pueblo y adoptados por el patriarca Yaakov como sus hijos pero no cualquier hijo sino como los mayores, Reubén y Shimeón

Shabat Shalom

R. Yehuda ben Yisrael